domingo, 29 de enero de 2012

Casos reales de exorcismos


Los hechos que inspiraron la película de El Exorcista ocurrieron en realidad en Mount Rainier (Maryland), a mediados del siglo XX y no fue a una niña, sino a un joven de 14 llamado Robbie. Como cualquier niño vivía tranquilamente con su familia, le gustaba llevar a cabo sesiones de Ouija con su tía, médium, para comunicarse con los espíritus. El 15 de enero de 1949 dan comienzo los sucesos paranormales, se oyen ruidos, pasos. Unos días más tarde la tía de Robbie muere inesperadamente. Aquí es donde comienza el tormento del pobre Robbie y las sesiones de exorcismos interminables a cargo del padre Hughes, el cual sufriría multitud de agresiones por parte del poseído. Se manifestaban los mismos síntomas que vienen recogidos en la película: cortes por el cuerpo en los que se podían leer palabras (como sábado, odio), el joven escupía en la cara a los presentes, les incitaba, se mofaba de ellos aludiendo a relaciones sexuales entre curas y monjas y toda clase de endemoniadas que se pueda imaginar, hasta que finalmente es encerrado en una residencia mental, en donde se le realiza un último exorcismo donde el poseído incitaba sexualmente a los sacerdotes, hablaría en latín (lengua que desconocía completamente) y según los asistentes habría adoptado una apariencia siniestra y u aspecto físico demoníaco. Tras horas de lucha contra el demonio de su interior, el joven Robbie puso fin a su posesión con un: “¡se ha ido!”


Al igual que el anterior suceso, el caso que a continuación le contaremos también inspiraron a una película, es el caso de Anneliese Michel nacida en Baviera (Alemania) un 21 de septiembre de 1952, aunque seguramente les suene más el nombre de Emily Rose, nombre que recibía la niña en la adaptación cinematográfica de la historia. Como en la mayoría de posesiones, la niña llevaba una vida no fuera de lo común, hasta que un día de 1968 empezó a notar temblores y sentir como no era dueña de las acciones de su cuerpo. Ante los alarmantes hechos fue llevaba a un neurólogo que le diagnosticó epilepsia. Fue en otoño de 1970 cuando Anneliese comenzó a ver imágenes diabólicas en su cabeza cuando rezaba, así como escuchar voces que parecían provenir del mismo averno. 

Fue hacia el verano de 1973 cuando sus padres comenzaron a solicitar servicios de diferentes pastores pastores para llevar a cabo el exorcismos, sus solicitudes no fueron aceptadas porque entre los síntomas de la niña no se podían encontrar hechos paranormales como voces en lenguas desconocidas, ni tenía conductas sobrenaturales. Aunque lo cierto era que Annaliesse dormía sobre el suelo de piedra, comía insectos y bebía su propia orina, además de romper crucifijos y auto mutilarse. Por fin en 1975 le fue practicado el gran exorcismo, que se alargó en sesiones de dos exorcismos semanales hasta julio del año siguiente, sin embargo la joven no se daba desprendido de los ataques que estaban acabando con ella, hasta el último día del rito -que fue el 30 de junio de 1976- donde la niña se encontraba en un estado deplorable (con fiebres, neumonía y extrema delgadez) para finalmente fallecer el día siguiente mientras su madre la filmaba.



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